Tren Elipsos

Buscar una nueva experiencia. Para mí, una de las principales premisas de todo viajero. Por eso, cuando resulté afortunado durante el TBMGredos del premio del billete de tren I/V a París, mi primer pensamiento fue: “otra experiencia a la mochila”. Otras dos sensaciones llegaron rápidas a mi mente: diferente y especial. Sólo me quedaba decidir con quién iría… pero eso fue el menor de los problemas, era lo más fácil.

El premio lo he disfrutado gracias a la web TGV-Europe.com (*), que se pusieron en contacto conmigo ese mismo lunes y me pusieron todo tipo de facilidades para organizar mi viaje. Ése que parecía muy largo por el número de horas a pasar en el tren Elipsos, pero que se convierte en una aventura rápida y amena. No tiene cabida el aburrimiento, no te da tiempo…

Gracias a la cantidad de opciones disponibles en la web, pudimos elegir lo que más se amoldaba a nosotros y finalmente tuvimos la oportunidad de elegir cabina de 2 preferente (con desayuno incluido) para la ida y cabina gran clase para 2 (incluye wc-ducha en cabina, cena a la carta, desayuno y llave de la cabina) para la vuelta. Las opciones del Elipsos son muchas y variadas: compartimento de 4, compartimento de 2 (preferente), gran clase e incluso butaca superreclinable.

Tren Elipsos

Tren Elipsos

Reflexiones en el tren

Mi primera reflexión tras este viaje es sobre el uso del tren. Deberíamos usarlo más (ampliando su rango de uso) y no sólo considerarlo para trayectos cercanos o  nacionales. Viajar por Europa está al alcance del tren y es una excelente solución para aquellos viajeros que no les gusta el avión (por miedo, inseguridad, horarios, etc.); el coche (me incluyo aquí), les parece un medio lento, más propio de un ‘slow travel’, que te permite parar donde/cuando quieras y el autobús, les parece demasiado incómodo y dependiente.

Quizás el tren sea algo descartado por la mayoría de viajeros entre 20-35 años y más valorada desde los 40 (esto se apreciaba en los pasajeros del Elipsos), pero puede ser el desconocimiento lo que nos impida valorarlo en su justa medida. Y el problema que solía ser, principalmente, el precio, está empezando a solucionarse, con grandes descuentos para viajes planificados y en grupo. La gran deuda pendiente es dar una solución a los viajeros individuales (sin duda, los grandes penalizados), pero todo llegará…

Además, cuántas veces hemos viajados horas y horas en tren cuando estamos en otros países (para ahorrarnos una noche de hotel) y desde aquí nos parece imposible, se podrían poner miles de ejemplos. Personalmente, nunca olvidaré un Nápoles-Florencia en compartimento de 6…

En cuanto a los destinos, el abanico es muy amplio… por ejemplo, TGV-europe.com no sólo ofrece la posibilidad de viajar a Francia, incluyendo etapas regionales tan ineludibles como París, Rennes, Bruselas, Estrasburgo, Lion, Aviñón, Marsella o Niza, y también rutas como Irún, Hendaya, Biarritz, Perpiñán o visitar los Castillos de Loira o el parque temático Disney, además de los clásicos destinos como París, Londres, Bruselas, Ámsterdam y Milán.

La segunda reflexión viene por todo lo bueno que supone viajar en tren. En este punto hablaré de nuestra experiencia personal en el ‘Elipsos’ que nos llevó de Barcelona (hicimos MAD-BCN en AVE) a París el 18 de Mayo y nos llevó de vuelta desde París a Madrid el 20 de Mayo.

Trayecto Madrid-BCN-Paris

Trayecto Madrid-BCN-Paris

Grandes ventajas

Libertad. Para mí, el punto estrella. Poder sentirte libre, levantarte de tu asiento en cualquier momento, hacer lo que quieras, que no te vendan nada, poder hablar por el móvil, usar tu portátil/ipad en cualquier momento (incluso enchufado a la red eléctrica), beber/comer lo que quieras (cuándo y dónde quieras), poder caminar, conocer gente, ir al baño en cualquier momento o simplemente disfrutar del paisaje, etc. Esas sensaciones que pierdes en el avión y que un coche/autobús te limita enormemente.

Puntualidad y tiempo de espera. Otro de los puntos claves. Se puede embarcar desde 45 minutos hasta 3 minutos antes de la salida. Te da libertad, te evita colas y sabes (con un alto %) que saldrás y llegarás a tu hora.

Control de acceso. La seguridad no se ve comprometida por no pasar un escáner corporal (lo pasan las maletas), se puede ser eficaz de otras formas y sentirte seguro, lo que supone una comodidad para todos los viajeros.

Ubicación de las estaciones. En nuestro caso Atocha y Chamartín en Madrid y Austerlitz en París. Todas estas estaciones están ubicadas en el corazón de la ciudad, pudiendo ir caminando o en transporte público al centro en menos de 15 minutos.

En concreto, en París estábamos a escasos 20 minutos caminando de Notre-Dame… todo un lujo. Y el domingo una hora antes de salir estábamos en la Torre Eiffel… impensable saliendo de un aeropuerto.

Experiencia personal

Tras un plácido viaje en AVE de Madrid (Atocha) a Barcelona (Sants), debíamos cambiar a la estación de França, de donde salía nuestro tren Elipsos que nos llevaría a París Austerlitz. Lo que parecía algo “pelín complicado”, se convirtió en algo muy sencillo: tras bajar del tren, se busca la señal de ‘Rodalies’ y en las pantallas la línea “R2SUD”, pasáis el torno (o si vais en AVE como nosotros, enseñáis el billete, ya que está incluido los cercanías) y accedéis a la vía 13 ó 14, donde tras 15 minutos llegaréis a la Estación de França (Francia).

Llegamos una hora antes de la salida del Elipsos y tras 10 minutos paseando por la antigua estación, a las 20:00 pudimos embarcar en nuestro tren que 12 horas después nos llevaría a París.

Pasamos el control de acceso sin problemas y buscamos nuestra cabina. Al llegar, la primera sorpresa, teníamos baño y ducha en nuestra cabina, aunque nuestro billete no lo indicaba… tras unos minutos de incertidumbre, nos indicaron que como promoción especial nos habían asignado una cabina de gran clase (la misma que tendríamos a la vuelta).

Respecto a la cabina de Gran Clase no podemos decir que son amplias, porque faltaríamos a la verdad, pero sí que son lo suficientemente cómodas para hacer muy agradable tu viaje. Y el baño muy completo, con una ducha grande (y agua caliente a buena presión), un wc muy decente, más un completo neceser que te regalan (donde no falta ni un detalle), todo ello complementando con toallas, agua, chocolatina, etc.

Interior del Elipsos

Interior del Elipsos

Como no teníamos la cena incluida, decidimos ver una película en el portátil y cenar lo que habíamos traído (clásicos: bocata y patatas). Era como estar en casa, pero circulando por España y Francia. En pijama, con tus zapatillas y muy cómodo.

A las 22:30 el interventor nos propuso convertir nuestra cabina en habitación de hotel, es decir, convertir los dos asientos en 2 estupendas (y muy cómodas) camas en estilo litera, pero independientes. A las 0:00 decidimos echar el cierre al día y comenzar a dormir… os digo que cómodas eran, porque me desperté a las 7:00 para ducharme y desayunar.

Llegaba el momento desayuno (incluido en nuestro billete). Nos desplazamos hacia el restaurante y allí nos sentaron junto a otra pareja, ya que por motivos de espacio en el vagón sólo hay 5 mesas de 2 y 5 mesas de 4, capacidad total: 30 personas. Tras unos minutos de espera, comenzaron a llegar las viandas y el desayuno fue de lo más completo. Estuvo compuesto de: croissant, tostada, uvas, yogur griego, tortilla francesa, jamón serrano, zumo naranja y café/té. En resumen: muy completo y sabroso.

Tras 2 días en París… tocaba volver y en el Elipsos de vuelta sí que teníamos incluida la cena y fue donde vimos que el único pero que le podemos poner al tren es el servicio que atendía las mesas… quizás tuvieron un mal día, pero no debería Renfe descuidar este aspecto, porque desluce otros detalles muy buenos. Elegimos el primer turno de cena, las 20:00, y las 30 personas del comedor estuvimos sin ser atendidos unos 10 minutos, luego se nos tomó nota y la bebida llegó tras otros 10 minutos: 30 minutos para beber algo! Luego la cena fue muy completa, donde tomamos arroz negro y ensalada de primeros y lomo con puré y lubina de segundo, más postre y licor. Todo ello incluido en el precio de la cabina Gran Clase.

Comida del Elipsos

Comida del Elipsos

Conclusiones

Un viaje diferente, recomendable, sobre todo a personas que quieran evitar coche, bus y avión, pudiendo disfrutar de una forma económica (sí, económica) de una noche de hotel en un tren, añadiéndole todas los extras que os podáis permitir… pero daros prisa, puede que no quede mucho.

(*) www.TGV-europe.com pertenece a la empresa Voyages-sncf.com, filial de la Société Nationale des Chemins de Fer Français (SNCF), homóloga francesa de la RENFE. Creada en 2000, Voyages-sncf.com es hoy en día el líder del comercio electrónico en Francia con más de 2400 millones de euros de volumen de negocio en 2009 y más de 10 millones de visitantes únicos al mes.