Plaza de los Héroes de Budapest

Budapest es una ciudad para andar, para pasear, para dejarte perder por sus calles. No importa si pasas varias veces por el mismo sitio, es más, es necesario porque los verás con diferentes luces, ambiente y te dará una nueva visión de la ciudad.

Os presento nuestro itinerario de 7 días por Budapest y alrededores, con días caminando bastantes kilómetros y otros donde cogimos el transporte público para llegar a nuestro destino.

  • Consulta nuestra guía de Budapest, donde encontrarás qué ver y hacer, así como información sobre el dinero, transporte, alojamiento, gastronomía y clima.

(*) Nuestro alojamiento estaba situado en la zona 7, un apartamento de 4 personas muy coqueto y acogedor. En los siguientes días lo llamaré casa.



Lo fundamental de Budapest.

Día 1: Caminando y descubriendo la perla del Danubio

Comenzamos el día por Budapest dando un largo paseo paralelos al Danubio, en concreto desde casa hasta el Muelle 7, donde están situados los barcos Legenda, que ofrecen el tour por el río.

De ahí caminamos y paseamos por Vaci Ucta, que es la calle más comercial y turística de la ciudad. La mayoría de firmas comerciales se sitúan ahí, destacando el imperio ZARA con la esquina más importante.

Catedral de San Esteban

Catedral de San Esteban

Desde allí continuamos hasta la Catedral de San Esteban, un lugar fascinante tanto por dentro como por fuera, lugar de obligada visita. Nos tomamos una cerveza justo en el bar que hace esquina en la plaza y continuamos nuestro recorrido, de nuevo hasta Vaci Ucta donde comimos en los puestos callejeros con una excelente relación calidad/precio. 

Bien alimentados, tomamos el metro hasta Arpad Hid y saliendo del metro (hay como un intercambiador de muchos autobuses), cogimos el autobús 26 hasta Isla Margarita, la cual sólo recomiendo visitar en primavera-verano, porque en invierno es un lugar oscuro y triste, lo cuento por experiencia propia.

Isla Margarita desierta

Isla Margarita desierta

Desde Isla Margarita caminamos para ver el Parlamento iluminado de noche, algo que recomiendo sobre todo por las vistas que contemplas desde los puentes. Ya en el parlamento tomamos el Tranvía 4 y volvimos a casa.

Día 2: Las joyas de Budapest

Este fue uno de los días estrella en nuestra visita a la capital húngara.

Lo primero que hicimos fue visitar el Parlamento de Budapest. Tanto su exterior, sobre todo iluminado, como su interior merecen una visita y fotos, cientos de fotos.

Sencillamente, espectacular. Se puede hacer visita con audioguía en español, en determinadas franjas horarios, y las entradas se pueden comprar online en la web oficial del Parlamento.

Parlamento de Budapest

Parlamento de Budapest

Tras visitar en profundidad el edificio por excelencia de la ciudad, fuimos en búsqueda de los zapatos del Danubio, una serie de zapatos situados a los pies del río, son curiosos, pero algo prescindible, aunque la estampa es de postal…

Reflexiones en los Zapatos del Danubio

Reflexiones en los Zapatos del Danubio

Conociendo Buda.

Desde ahí caminamos hasta el puente de las cadenas para adentrarnos en la otra parte de la ciudad: Buda. En esta primera ocasión, subimos en funicular, pero se puede subir fácilmente a pie.

La parte alta de Budapest, Buda, me pareció espectacular, destacando sobre todo el Bastión de los Pescadores, un lugar donde el tiempo se detiene y te permite contemplar toda la zona de Pest en detalle.

Es un sitio fascinante, más cuando ves fotos antiguas y cómo fue construido. Las fotos desde aquí, tanto de toda la ciudad, como del parlamento en particular, son inmejorables y si coincide con el atardecer, será un momento muy especial.

Parlamento desde el Bastión de los Pescadores

Parlamento desde el Bastión de los Pescadores

La comida la hicimos en uno de los múltiples restaurantes de la zona que ofrecen menú, aunque la mayoría son bastante caros, al final dimos con la tecla en un sitio y por 10€ comimos bastante bien. Tras la comida, visitamos la iglesia de Matías, a los pies del Bastión de los Pescadores, que bien merece una visita.

La zona de los alrededores del Castillo de Buda la dejamos para otro día, porque quisimos redondear la jornada con el crucero por el Danubio. Para ello bajamos caminando hasta llegar al muelle 7 donde salía el crucero Legenda, que durante 1 hora y con audio guía en español nos llevó a conocer los principales edificios de la ciudad, pero de forma detallada e histórica.

Los bares en ruina de Budapest.

Y todavía quedaba poner el broche a este fantástico día. Para ello, quedamos con unos amigos y residentes en Budapest. Había insistido bastante en que nos llevaran a algún sitio auténtico y así fue. Estuvo muy a la altura.

El Szimpla Kermotzi fue el lugar y se trata de uno de los bares en ruinas (reformados) más famosos de Budapest.

Szimpla Kermotzi de Budapest

Szimpla Kermotzi de Budapest

Se trata de un bar/pub que te recibe en una casa antigua de 3 pisos con una entrada de faldones de plástico, propia de una cámara frigorífica. Luego, el ambiente es digamos especial, decorado con un vale-todo style. Tienen cerveza de fabricación propia y ofrecen comida, destacando la súper hamburguesa, aunque el resto de platos también eran grandes.

Día 3: Integrándonos en la cultura húngara

Tras 2 días en Budapest ya teníamos un control bastante bueno de la misma: transportes, calles, cambio de dinero, supermercados, comidas, etc. Era el momento de integrarnos plenamente en la misma.

El día lo comenzamos con la visita a la sinagoga de Budapest, una de las más grandes de Europa. Un complejo a visitar y más, si nunca habéis entrado a alguna. Tras hacer una breve cola, compramos la entrada que nos ofrecía tour guiado en español y visita a sinagoga y museo.

Conforme entras al recinto, empiezas a bucear en la historia, esa que nos enseña a la población judía como una de las más ricas del mundo (el oro destaca sobre manera y son grandes comerciantes) y una de las más perseguidas, con especial incidencia durante el periodo nazi en Alemania, pero que se extendió a todo su imperio, siendo Budapest un centro destacado del holocausto judío (esto lo vimos mejor en su museo días más tarde).

Interior de la Sinagoga de Budapest

Interior de la Sinagoga de Budapest

En el interior del recinto hay un cementerio con miles de víctimas y el árbol de los recuerdos, con los nombres de las personas que contribuyen a la conservación y mejora del lugar.

Con sensaciones encontradas, era el momento de seguir la integración húngara, así que nos dirigimos al mercado central, donde tras una visita por los puestos, seguimos la recomendación que había leído de comer en los puestos situados en la parte de arriba. La elección fue un éxito y es una de las experiencias obligadas en la visita a Budapest.

El siguiente destino fue Plaza de los Héroes, otro lugar que no deja indiferente a nadie. Situada al final de la avenida Andrassy, se trata de una plaza enorme flanqueada por los grandes héroes del país.

El Balneario Szécheny.

Sin embargo, Plaza de los Héroes no era nuestro destino, sino que buscábamos un momento de relax tras 3 días intensos caminando. El lugar elegido fue: el Balneario Szécheny. [Información útil: horario de 6:00 a 22:00 horas, metro: Széchenyi fürdö‎, línea M1 (amarilla)].

Balneario Szécheny de Budapest

Balneario Szécheny de Budapest

Un lugar impresionante, donde por sólo 10€, podrás vivir una de las mejores experiencias de tu viaje a Budapest. Es un balneario moderno (pulsera electrónica para la taquilla), pero clásico, con 15 piscinas (3 exteriores) a diferentes temperaturas, incluyendo 3 tipos de sauna.

En verano debe perder puntos, por la cantidad de gente, pero en invierno (como fue nuestro caso), estar a 0º en el exterior y bañarte a 38º en el agua, no tiene precio. Sin duda, se convirtió en el sitio preferido de mis compañeros de viaje.

Tras 3 horas en el Balneario, volvimos a disfrutar de Plaza de los Héroes, tomar algunas fotos más y volver a casa muy felices, pero sobre todo relajados.

Detalle de Plaza Héroes de Budapest

Detalle de Plaza Héroes de Budapest

Tras los primeros 3 días por Budapest, llegó el momento de comenzar las excursiones a otros lugares. La ciudad elegida fue Viena, pero también conocimos Szentdre y seguimos disfrutando de Budapest.

Excursión a Viena.

Día 4: Escapada a Viena, una ciudad monumental, clásica e imprescindible

En este día cometimos uno de los pocos errores del viaje, no reservar con antelación el billete de Autobús a Viena (y eso que lo tuvimos medio reservado varias veces), pero finalmente decidimos ir a la aventura. El resultado fue bueno, consiguiendo billete para todos I/V, pero por suerte y casualidad.

Mirando hacia Viena

Mirando hacia Viena

El día en Viena lo aprovechas de 11:00 a 19:00, por el horario del bus más habitual, lo cual te da para ver la ciudad, deprisa y corriendo.

Consejo principal: buscar la oficina de turismo, solicitar un mapa y hacer el ‘recorrido clásico, disfrutando de sus impresionantes edificios.

Me llamo mucho la atención ese carácter tan monumental que la rodea, no la imaginaba así (no sé cómo), pero me sorprendió gratamente, todo lo que vimos merecía la pena.

Teatro de Viena

Teatro de Viena

Fue una visita rápida, pero intensa, en la que no podía faltar la degustación de su postre estrella, la tarta SacherEso sí, hay que pagarla (4/5€), pero merece la pena, es un capricho dulce en el centro de esta bella ciudad y acompañado de un buen café o chocolate, se convierte en una merienda estupenda.



Descubriendo la otra Budapest.

Día 5: El Budapest más auténtico y desconocido.

Tras un intenso día en Viena, hoy comenzaríamos el día con la visita a Memento Park, un recinto a las afueras de la ciudad que almacena los vestigios comunistas de Budapest.

  • Información útil: precio 1.500 HUF.
  • Transporte: desde ‘Ujbuda Kozpont’ (tranvía línea 4), se toma el bus 150 hacia Campona, aunque está indicada la parada de Memento Park, no tiene pérdida.
    • Son unos 25 minutos de trayecto y el precio del viaje, 300 HUF

En Memento Park podremos disfrutar de enormes estatuas soviéticas, símbolos comunistas, panfletos en piedra, incluso algún recuerdo a los que lucharon en la Guerra Civil española.

Monumentos de Memento Park

Monumentos de Memento Park

Un lugar curioso, lleno de historia, sobre todo recomendable si tenéis tiempo adicional en la ciudad o sois muy amantes de la historia. Si además vais en un día lluvioso o nublado, como fue nuestro caso, el lugar te trae constantes recuerdos a tiempos de hace 50-60 años.

Era hora de comer y volvimos hacia la zona del Mercado Central, pero esta vez decidimos investigar por sus calles adyacentes donde la oferta de menús del día era muy amplia. Finalmente nos decidimos por uno que tenía bastante ambiente y comimos muy bien.

Subida a la colina de Gellert.

El día comenzaba a nublarse y la lluvia apareció en escena, pero eso impidió que afrontáramos uno de los momentos más duros de todo el viaje: la subida a la colina de Gellert.

Para ello, cruzamos el Danubio por el puente de Elizabeth, dejando el Balneario Gellert a nuestra izquierda y afrontamos la subida, que pensábamos intensa, pero no tan dura, sobre todo por las condiciones climatológicas… de repente, la lluvia y el viento comenzaron a aparecer con fuerza, por lo que las empinadas cuestas se convirtieron en un pequeño tormento.

Tras 20 minutos conseguimos llegar a la cima y estar debajo de la estatúa de Gellert que preside toda la ciudad y que desde el primer día te preguntas cómo llegar hasta allí. Bien, caminar es una opción (dura e intensa), la otra es tomar un autobús, lo dejó a vuestra elección.

Vistas de Budapest desde Gellert

Vistas de Budapest desde Gellert

Hay que reconocer que la subida merece la pena, por las vistas, por el lugar y por lo que alberga: un búnker. Sin embargo, tuvimos mala suerte y estaba cerrado, pero pudimos caminar por sus alrededores y bajamos la colina por el otro extremo, mucho más amable al caminante y con bancos y zonas de recreo.

Sin prisa, pero sin pausa, llegamos al centro de Vaci Ucta, donde realizamos algunas compras, ya que afrontábamos nuestros últimos días en Budapest.

Para cerrar la tarde, tomamos un ligero tentempié en el Bocadillo Café, que lo destaco por lo acogedor que nos resultó y su variada oferta, destacando los crepes (dulces/salados) que te hacen en el momento. Si estáis por la zona de Astoria, puede ser un buen sitio de referencia para tomar algo.

Día 6: Historia triste y reciente de Budapest

Nuestro penúltimo día en la ciudad fue uno de los más completos, con muchos kilómetros recorridos, casi todos caminando.

Comenzamos el día visitando uno de los museos que más me ha impactado en todos estos años viajando: El Museo del holocausto judío, un “recuerdo” triste y muy intenso, recordando todo lo que sufrió la población judía durante el genocidio nazi.

El museo se centra en Budapest, pero tiene constantes referencias al holocausto a nivel europeo. Tras visitar el campo de concentración de Dachau (Munich) hace años y ver esto, sólo se puede sentir, además de rechazo y vergüenza, una tremenda tristeza por todo lo que allí se ve, se escucha, se lee y se siente.

Museo del Holocausto Judío en Budapest

Museo del Holocausto Judío en Budapest

Es historia reciente de Europa, quizás demasiado reciente, pero no por ello tenemos que omitirla, al contrario tenemos que ser muy conscientes de ella para poder evitarla en un futuro.

El decepcionante castillo de Vineyad.

Para aliviar los sentimientos, decidimos caminar por completo la Avenida Andrassy, viendo la zona de tiendas de alto standing, el bonito edificio de la Ópera, para retrocederlo, volver a pasar por Oktogon y llegar hasta la Plaza de los Héroes.

Un largo paseo, pero que te hace ver cómo funciona el corazón de la ciudad.

Ya en la plaza de los Héroes, cambiamos el relax del balneario por la historia del castillo de Vineyad, justo enfrente de la entrada principal de Széchenyi. El castillo no tiene demasiado que ver y es una visita muy prescindible. Algo decepcionados por el castillo, decidimos alegrarnos con la comida y para ello volvimos a un valor seguro: el Mercado Central. Volvimos a comer de maravilla, cambiando esta vez los platos y atreviéndonos con otros especialidades, aunque el Goulash y la cerveza no faltaron, por supuesto.

Palacio Real de Budapest

Palacio Real de Budapest

A pesar de llevar 6 días en la ciudad, teníamos algo pendiente: el Castillo de Buda, así que volvimos a subir a la parte alta de Budapest, aunque esta vez lo hicimos caminando, un paseo agradable, muy lejos de la infernal subida a Gellert.

El Castillo de Buda bien merece una visita, por las vistas (contemplas toda la ciudad y al atardecer es maravilloso) y por los diferentes complejos, incluido el Palacio Real, que lo componen, aunque nosotros por subir casi en el cierre no pudimos ver los interiores y nos limitamos a pasear por el amplio recinto.

Ya con la noche llegando a la ciudad, bajamos tranquilamente desde Buda hasta Pest para afrontar lo que sería nuestra penúltima noche en la ciudad.

Día 7: Visita a Szentendre y últimas pinceladas de Budapest

El último día en Budapest decidimos conocer algún pueblo a las afueras de Budapest, tras mucho debate entre Esztergom y Szentendre, finalmente el segundo, Szentendre,  fue el elegido. Lo curioso es que la principal razón para visitarlo: su fácil acceso en transporte público, fue nuestra gran anécdota del viaje.

A pesar de que todas las recomendaciones decían de ir en tren (cercanías HÉV desde la estación de Batthyany ter, línea roja de metro). Decidí innovar e ir en autobús, así que nos fuimos hasta Árpad hid (línea azul de metro) y buscamos el autobús 34, que según mis lecturas previas iba hasta Szentdre. Llegamos allí y el 34 estaba parado con sus puertas abiertas, sin conductor, pero la gente iba llenándolo poco a poco.

Revisamos la lista de paradas y sí había no una, sino varias llamadas paradas Szentendre, parecía el autobús, incluso intentamos confirmarlo con el conductor, que un perfecto húngaro (porque de inglés nada) nos dijo que sí, que iba a Szentendre. El hombre no mintió, iba allí, pero a la calle del mismo nombre a las afueras de la ciudad… de esto fuimos conscientes tras 25 minutos recorriendo barrios y zonas residenciales desconocidas. Tras varias dudas, decidimos bajarnos y recomponer el plan…

La gran suerte fue que la vía del tren nunca la perdimos de vista y que la dirección (norte, hacia Szentdre, era la correcta). Caminamos unos minutos hasta llegar a una estación de tren, donde una señora muy amable nos vendió el ticket hacia Szentdre. Llegamos al pueblo en unos 20 minutos y aprendimos la lección, tomar el tren y no el autobús.

Plaza central de Szentdre

Plaza central de Szentendre

La visita a Szentendre.

Szentendre, es un pueblo coqueto, empedrado, pero pierde todo el encanto al estar diseñado y pensado para el turista, aquí no se consigue ningún tipo de integración, porque eres turista en todos los casos y así eres tratado. A pesar de eso, comimos bastante bien en el Café Christine dándolos un pequeño lujo, aunque la mayoría de los precios de los restaurantes están disparados, sobre todo si los comparas con Budapest.

Hay que mirar bien para intentar equivocarse lo menos posible… Recomendaría la visita, sólo si Budapest lo tenéis bien recorrido, pero quitarte tiempo a la capital y perla del Danubio por venir hasta aquí no lo haría.

La vuelta a la ciudad sí que lo hicimos en tren, sin ninguna novedad, eso sí comprad los billetes, porque vinieron hasta en 2 ocasiones a chequearlos. Al ser nuestra última tarde en Budapest, aprovechamos para comprar los últimos detalles, unas cuantas cervezas y prepararnos una gran cena.