Recuerdo hace meses, cuando planificaba el itinerario para la India, cómo se me iluminó la cara al conocer que tendríamos luna llena en nuestro paso por Agra, tan solo tendría que ajustar los días para coincidir con un espectáculo que esperaba irrepetible.

Sin embargo, como en casi todas las historias de amor y la del Taj Mahal es una de las más bellas, se produjo un desencuentro, en este caso entre dos grandes símbolos y la luna llena no iluminó el Taj Mahal.

Para entender mejor nuestra experiencia, os ofrezco la información para conseguir las entradas para visitar el Taj Mahal en noches de luna llena, ya que no sólo podremos hacerlo un día, sino tendremos hasta 5 posibilidades.

Cómo conseguir las entradas nocturnas para el Taj Mahal

El procedimiento, aparentemente sencillo, consta de 3 partes diferenciadas:

  • Selección de fechas.
  • Adquisición de entradas.
  • La visita.

a) Selección de fechas

Lo primero que debemos conocer son las fechas de luna llena, esto es tan sencillo como consultar cualquier página que ofrezca esta información para todo el año, además tenemos un histórico en la página oficial de Taj Mahal con el día exacto. Desde ese día, podemos optar por visitar la maravilla de la India con un margen de 2 días antes o 2 días después. Es decir, se ofrecen 5 visitas en noches de luna llena, aunque con 100% de luminosidad sólo la indicada en el calendario. Ahora es momento de ajustar la visita a una de estas 5 fechas por mes.

Ahora viene la parte complicada, chequear que no se produce un eclipse lunar que impida ver el Taj Mahal, para ello tenéis las fechas de los eclipse en la misma página oficial y, posteriormente, tendréis que comprobar que ese eclipse no afecta a la India, porque si es así, no veréis absolutamente nada, simplemente oscuridad. Aquí tenéis una historia, en inglés, de (no) ver el Taj Mahal con eclipse lunar.

Y por último, lo que nos faltó a nosotros, conocer la orientación por meses de la Luna y la Tierra respecto al Taj Mahal. Lo ideal es que apareciera detrás o en un lateral de la maravilla. Quizás para tener información más exacta, habrá que escribir a la experiencia y eso es a la página oficial.

b) Adquisición de entradas.

Se compran presencialmente en la sede del departamento arqueológico de Agra desde 24 horas antes al día de la visita. Se puede llegar en tuk-tuk o caminando. Desde la puerta oeste del Taj Mahal es un agradable paseo a pie de 15-20 minutos.

La dirección exacta es: Archeological Survey of India, 22 Mail Road, Agra. Ph: 0562-2227263.

El precio: 750 rupias para extranjeros y 510 rupias para nacionales.

Cada noche pueden entrar como máximo 400 personas, divididas en grupos de 50 personas en turnos de 30 minutos. Los horarios disponibles son de 20:30 a 0:00.

Para adquirir las entradas, encontraremos señales que indican “Night Viewing Taj Mahal” y una ventanilla, donde lo primero es preguntar si quedan entradas para esa misma noche o bien para la noche siguiente (como fue nuestro caso).

Posteriormente os entregarán un impreso donde tendréis que indicar el día y hora seleccionados, vuestros datos personales y entregarlo en ventanilla. Es aquí donde viene nuestro mayor consejo, llevad una fotocopia del pasaporte, porque aunque eso no estaba indicado en ningún sitio, es imprescindible para la gestión.

Así que podéis llevarla previamente o haceros los no sabíamos eso y, lo habitual, será que un simpático funcionario tome vuestro pasaporte y lo fotocopie gratis allí mismo. Eso es lo que nos pasó a nosotros y a otros 3 extranjeros que estábamos allí. El resto eran locales, realizando gestiones para personas alojadas en los hoteles y todos ellos ya sabían lo de la fotocopia del pasaporte… incluso nos ofrecieron llevarnos a fotocopiar el pasaporte a varios kms. de allí. Como tantas otras veces en India, con una sonrisa, paciencia y con cara de no saber nada, os ayudarán. El procedimiento, aunque lento, es sencillo.

Si todo va en orden, tras 15-30 minutos, tendréis vuestra entrada para la visita nocturna al Taj Mahal.

Entradas TajMahal LunaLlena

c) La visita

Ya con la entrada, tendremos un grupo horario asignado, en nuestro caso, de 22:30 a 23:00. Hay que estar 30 minutos antes del inicio de la visita para pasar un primer control de pasaporte, entrada y acceso.

El punto de encuentro es la puerta este del Taj Mahal. Para llegar hasta allí, salvo que tengáis el hotel en las inmediaciones, tendréis que tomar un tuk-tuk (lo ideal es negociar la ida y que os espere para la vuelta, porque a esa hora poco ambiente hay por la zona).

Se recomienda no llevar prácticamente nada para la visita, los detalles están indicados en la entrada. No se puede entrar con trípode, así que con la cámara al hombro, algo de dinero y el pasaporte es más que suficiente (no se permiten móviles). Todo el procedimiento está controlado por el ejército, casi tantos como los grupos de 50 personas que entran en cada turno. Así que preparad vuestra dosis de paciencia para pasar no un control, ni dos controles, ni un escáner, sino 3 controles, exhaustivos, en diferentes puntos del recorrido antes de llegar a la puerta de acceso.

El transporte desde el punto de encuentro y la puerta este de entrada se hace con autocares eléctricos conducidos por militares, que te escoltan con su metralleta. Una estampa sacada de otra época y de otros lugares, pero que allí les hace sentirse los reyes del mundo, escoltando su maravilla. 

Nuestra decepcionante visita al Taj Mahal con luna llena

Tras los 3 controles, a las 22:30 llegamos a la impresionante puerta de acceso a la maravilla. Comienzan a aparecer los nervios, no todos los días se puede contemplar el Taj Mahal con luna llena.

Salió el grupo previo con cara de decepción, pero pensé que habían tenido todos un mal día o no habían cenado, pero no, era el preludio de lo que nos encontraríamos nosotros. De nuevo, escoltados por fuertes medidas de seguridad, nos abrieron paso entre las enormes puertas del Taj Mahal, llegamos a la Darwaza y casi estábamos frente al mausoleo; pero un enorme foco nos indicaba que algo estaba pasando, que no tendríamos suerte esa noche, tan solo había que alargar la mirada hacia el fondo y llegar a la triste conclusión… la luna llena, preciosa, estaba muy alta, pero en el lado opuesto a la maravilla, no atrás o un lateral como habíamos soñado. En nuestra visita, el Taj Mahal no sería iluminado por la luna llena.

Y cruzamos los arcos, llegando a la plataforma desde donde contemplaríamos el Taj Mahal, era la primera vez que estábamos frente a él. Me emocioné, pero, automáticamente, apagaron el enorme foco que apuntaba al suelo y me entristecí. No se venía casi nada, sólo se apreciaba la imponente silueta del mausoleo y se escuchaba intensamente a las ranas y chicharras. 

De hacer fotos, con tan poca luz y sin trípode, casi ni hablamos. Aquello se convirtió en un reto imposible, así que enseño alguno de mis mediocres resultados por decir que estuve allí, pero no hay ninguna foto a la altura del momento.

Taj Mahal con luna llena

Tras 10 minutos, no quedó otra que sentarse en las escaleras y dejarse llevar por la imaginación, ésa que nunca te olvida y te acompaña incluso en los peores momentos. Éste era uno de ellos.

El Taj Mahal frente a ti, pero sin mostrarse, escondido entre la tenue luz de un reflejo de luna llena. Tristes se acabaron nuestros 20 minutos y el foco volvió a iluminar intensamente el suelo, se había acabado el terrible sueño. Deshicimos el camino, sin casi hablar entre nosotros, la decepción pudo más que las palabras, pero prometimos volver por la mañana sin ánimo de revancha.

Sabíamos que el Taj Mahal era mucho más que una silueta nocturna, era la excelencia hecha mármol, el mausoleo del amor, una maravilla del mundo y así se mostró al día siguiente, primero entre neblinas y fina lluvia, pero luego dejó salir el Sol para mandarnos el mensaje de que era mucho más que una silueta, era un prodigio del arte.

La maravilla del Taj Mahal

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