Vistas desde la Torre de la Pólvora

Praga, la capital de la República Checa, una de las ciudades más bonitas de Europa, la ciudad de las cien torres y del puente de Carlos. Conocida por su encanto, sus famosas cervezas, sus bellas mujeres, por ser la ciudad de Franz Kafka y uno de los núcleos centrales del comunismo soviético. Una de las grandes ciudades europeas para visitar con calma y tranquilidad, caminando y observando, para intentar descubrir todos esos detalles que la hicieron cambiar radicalmente a finales de 1989, cuando triunfó la Revolución del Terciopelo y el comunismo dejó paso al Estado de Derecho, pasando de Checoslovaquia a República Checa.

Sin embargo, la ciudad esconde mucho más y aunque, sin duda, el peso de la historia sigue presente, lo veo como un lugar muy preparado para el turista, lo que a mi entender le quita parte del encanto de otras bellas ciudades de Centroeuropa, todavía ancladas en un pasado no tan orientado a su explotación turística.

Llegando a Praga. Transportes.

La llegada a la ciudad se puede hacer por vía aérea o terrestre, pudiendo ser ésta última en coche, autobús o tren, sobre todo si se enlaza con alguno de los típicos circuitos de Centroeuropa (Praga-Viena-Budapest). En nuestro caso, llegamos por avión vía Munich, al haber pasado unos días allí, pero se puede llegar de forma directa desde Madrid o Barcelona o haciendo escala en alguna de las grandes ciudades europeas de conexión: Munich y Frankfurt, principalmente.

Desde el aeropuerto al centro, puedes tomar uno de los varios autobuses disponibles que enlazan con el metro. Tenemos 2 opciones principales:

a)     Autobús nº 100 que lleva hasta Zlicin, línea B.

b)    Autobús nº 119 que lleva hasta Dejvicka, línea A.

La decisión de tomar uno u otra dependerá de dónde estemos alojados. Con el mismo billete, válido por 90 minutos tras validarlo y que puede ser comprado en el aeropuerto, podéis coger el bus y el metro.

Tranvía en Praga

Tranvía en Praga

Como referencia, hasta Mustek (líneas A y B), tardamos 45 minutos (bus + metro) usando la opción b).

Respecto al transporte diario es importante saber que toda la red de transporte público de la ciudad comparte el mismo billete siendo válido en metro, bus y tranvía. La condición para usarlo es haberlo validado y nos permitirá cambiar de medio de transporte dentro de su tiempo de validez (90 ó 30 minutos). Se puede comprar en estaciones de metro y en quioscos.

Conociendo Praga

Lo primero que debemos conocer de la ciudad es que se divide administrativamente en 22 distritos. A su vez estos 22 distritos se dividen en 57 municipalidades, de las que tan solo 4: Staré Město, Nové Město, Malá Strana y Hradčany pertenecen al Praga histórico (distritos 1 y 2), por lo que es muy recomendable visitar cada una de estas cuatro zonas para tener una visión global de la ciudad. Cada una tiene su propio estilo e identificaremos fácilmente dónde estamos por los letreros de las calles, eso sí, todas ofrecen algo interesante al viajero y no tendremos que esforzarnos demasiado en llegar a ellas, ya que están interconectadas y cada una guarda muchas cosas interesantes por conocer.

Vistas desde el Castillo de Praga

Vistas desde el Castillo de Praga

Con esa primera idea de la ciudad, os presento el itinerario final que hicimos en nuestros 3 días en la capital checa:

* El día de llegada no se incluye, porque sólo nos dio tiempo a conocer la plaza de la Ciudad Vieja, pasear por Stare Mesto y a cenar en la cervecería U-fleku (ver sección gastronomía).

Dia1: Puente de Carlos. Mala Straná. Hradčany. Castillo de Praga. C/Karlova. Teatro Negro.

Cruzamos el puente de carlos (Karluv most) para acceder a Mala Straná, que comunica con Hradčany, la zona donde está el Castillo de Praga.

De Stare Mesto a Mala Strana

De Stare Mesto a Mala Strana

En la visita al Castillo de Praga compramos la entrada para el recorrido clásico, que daba acceso a la catedral de San Vito, callejón de oro, antiguo palacio real y la basílica de San Jorge.

Tras cenar en Stare Mesto, paseamos por la plaza de la ciudad vieja (Stare Mesto) sobre las 23:00, lo que te da una visión diferente del lugar, más tranquila, pudiendo disfrutar del reloj astronómico con detalle sin 25 personas a tu lado.

Dia2: Staré Město, la Ciudad Vieja de Praga y Nové Mesto, la ciudad nueva. Isla de Kampa.

En Stare Mesto, visitamos su plaza, las dos iglesias adyacentes a la plaza, subimos a la Torre de la Pólvora y recorrimos con tranquilidad todas sus calles adyacentes, llenas de historia y encanto.

En Nove Mesto, paseamos por sus calles comerciales hasta llegar a la plaza de Wenceslao, un lugar lleno de historia.

Por la tarde-noche, cruzamos el puente de la legión (most legií) y dimos un paseo por la isla de Kampa hasta llegar al museo de Kafka y volvimos por el puente de Carlos (Karluv most).

Puente de Carlos de Noche

Puente de Carlos de Noche

Dia3: Josefov, el barrio judío de Praga. Partido de hockey hielo en O2 Arena. Compras y cena en Stare Mesto.

Para visitar todas las sinagogas, puedes comprar una entrada válida para todas ellas y lo puedes hacer en cualquiera, por lo que si ves cola en alguna (la más concurrida es la Pinkas), puedes ir a otra y luego volver. En nuestro caso, sólo visitamos las principales: Pinkas, Klaus y la española.

Esta información os puede dar una primera ayuda para vuestra visita, aunque siguiendo mi consejo habitual: haz el viaje tuyo, no sigas todas las pautas, sino innova y busca tu propio viaje.

Alojamiento y moneda en Praga

En cuanto al alojamiento, la oferta de Praga es muy amplia y variada. Nuestra experiencia nos dice que alojarse en Stare Mesto (la ciudad vieja) es una excelente opción, porque te permitirá estar bien comunicado con el aeropuerto y moverte a pie por el resto de la ciudad. En nuestro caso elegimos el Cloister inn, un hotel correcto (desayuno, habitación, servicio) y muy bien situado, que nos permitía estar en pocos minutos en la plaza de la ciudad vieja, donde está el reloj astronómico y en el puente de Carlos, por poner dos ejemplos conocidos.

El tema monetario es una de las no-preocupaciones del viaje. La moneda oficial en la República Checa es la corona checa (CZK) y nuestro consejo es no cambiar dinero en vuestro país de origen y hacerlo allí. Realizar el cambio es muy sencillo, hay cientos de sitios donde poder hacerlo y es cuestión de ver varias, comparar su cambio y buscar el 0% de comisión. Un consejo es cambiar el dinero poco a poco, porque el cambio se actualiza a diario. Otro consejo es cambiar muy poco dinero en el aeropuerto, sólo lo imprescindible para coger el autobús/metro y comer algo, ya que el cambio ofrecido siempre es peor que en la ciudad. Además hay multitud de casas de cambios abiertas hasta las 0:00, así que no tendréis problemas en cambiar dinero casi a cualquier hora. Además, existe la posibilidad de pagar con tarjeta en muchos locales.

Gastronomía en Praga

Llegamos ahora a otro tema estrella, ¿qué y cómo se come en Praga? Se come bien, pero es cierto que no tienen una amplia variedad de platos, que la mayoría de platos tienen un alto contenido calórico, que cada sitio ofrece prácticamente lo mismo (goulash, pato, codillo, jamón de Praga, queso a la cerveza, etc.), pero eso no quita para que esos platos estén buenos y comiéramos estupendamente todos los días.

Comida del UFleku (Praga)

Comida del UFleku (Praga)

La idea de ir mezclando gastronomía local con otras gastronomías es un acierto. Así que mi consejo es comer o cenar en restaurante checo y hacer la otra comida en otro tipo de local (italiano, indio, chino, otros) o comerse un buen bocadillo con algo de vuestro país. Eso sí, en la bebida está claro: cerveza. Barata, deliciosa y de muchas variedades. Son muchos los locales que ofrecen cerveza de fabricación propia y ésas son las buenas, las que se deben probar. Beberse una Pilsner Urquell lo puede hacer ya uno en casi cualquier sitio del mundo, pero esas cervezas propias no y merecen mucho la pena.

[Si vais en Navidad disfrutaréis del mercadillo navideño en la plaza de Stare Mesto. No olvidéis comer allí: carne, dulces, salados, vino caliente. Recomendado sobre todo el jamón de Praga, está delicioso, se vende al peso y está muy bien de precio]

En cuanto a sitios recomendados, vamos a destacar un par de ellos de gastronomía checa y otros dos para una referencia internacional. Uno de las más conocidos y típicos para el turista que llega a la ciudad es el “U-Fleku”, Křemencova 11  Praga 1, una cervecería auténtica checa, donde puedes disfrutar del buen ambiente, cerveza (deliciosa) de fabricación propia, comida tradicional y chupitos (becherovka) servidos en bandeja (debes negar varias veces, sino tendrás que seguir bebiéndolos). Es un lugar de referencia por conocer y por unos 10€ te puedes ir bien servido, comido y bebido.

El otro recomendado es el “U dvou sester“, Melantrichova 10, Praga 1, que encontramos por casualidad callejeando por los alrededores de Stare Mesto. Tiene una cerveza sin filtro espectacular y se come abundante y bien. Recomendamos el codillo y el pollo hawai, que estaban especialmente ricos. El precio, ajustado al sitio, a la calidad y a la zona, unos 10€/persona.

En cuanto a otras gastronomías, comimos en un italiano “Le cinque corone”, situado justo enfrente del “U dvou sester”, algo más caro que la media de la zona, pero con buena comida. Y cerramos nuestra visita en un restaurante indio situado enfrente de nuestro hotel, donde el picante amenizó toda la cena. Se come bien y es un cambio de sabores curioso (recomendable) tras varios días de sabores parecidos.

En la segunda parte nos adentraremos en ofrecer nuestras claves para conocer una ciudad, que esconde mucho más lo de que se ve de un primer vistazo, de lo que suele indicarse en las guías…