No me siento ni quiero ser mochilero
7 meses viajando, cientos de horas de observación, miles de kilómetros recorridos, centenares de hostales/hoteles/casas, muchas miradas cruzadas, infinitas horas de conversación. Después de todo eso creo que ha llegado el momento de decirlo bien alto: no me siento mochilero. Y más aún, no quiero serlo.
Eso sí, soy muy feliz viajando con mi mochila al hombro, pero el hábito no hace al monje, me gusta más definirme como un humilde viajero con poco equipaje.
No es por la simple palabra «mochilero«, eso puede ser una etiqueta, un cliché, sino porque no me identifico con el ambiente que genera el término y cada vez menos con la gente que lo practica. Lo respeto, pero no lo comparto. Y generalizar no es bueno, así que hablaré desde lo que he visto, lo que he conocido y aquí no sólo entran estos meses, sino todos mis años previos viajando por más de 30 países.
Continue reading