Me gusta decir que la edad es mental, que no influye en casi nada de lo que nos propongamos. Hay otros factores que tienen mayor impacto en nuestras metas, como pueden ser el estado físico, las ganas, la emoción que te genera o el interés que muestres. Esta es la historia de cómo nació el mejor jubilado viajero que conozco, el viajero sin edad, más conocido por familiares y amigos como Papá Wonder.
Podría escribir cientos de páginas sobre sus virtudes, su vida o sus interminables historias, pero prefiero resumirlo en el ámbito viajero y como la edad no le ha supuesto ninguna limitación, sino más bien un aliciente para descubrir el mundo.
Aunque tenía un bagaje viajero previo interesante, con algunas escapadas por España y Europa, podemos decir que Estambul fue el primer destino que da origen a su historia. Lo que era un viaje de 4 días a la antigua Constantinopla para conocer Santa Sofía, se convirtió en una escapada inolvidable, con paseos por el Bósforo, bocadillos de caballas, visitas a mezquitas o atardeceres desde el mar. Luego vinieron diferentes destinos como el norte de Marruecos, los JJ.OO. de Londres, Rusia, Tailandia, Escocia, Egipto, Chile, Isla de Pascua, Malasia, Jordania o los más recientes de Dinamarca, Noruega e incluso un viaje por España con su hijo en el llamado “Lugares de Memorias”. Todo ello sin olvidar sus escapadas por Inglaterra o su experiencia de dos semanas como hospitalero en el Camino de Santiago. Como veis, un currículum viajero al alcance de muy pocos… y todo ello en los últimos 5 años.
Donde unos pueden ver limitaciones, él ve oportunidades.
Cuántos más años cumple, más ambicioso se vuelve. De viajar una semana, pasó a hacerlo dos, luego tres y ahora ya va a superar el mes en una ruta por Asia. De viajar un par de veces al año pasó a hacerlo una vez cada dos meses, incluso si no hay un viaje proyectado en los próximos meses le aparece la llamada ansiedad del viajero, por no tener un destino próximo. Además ha conseguido que su mujer acepte con naturalidad su nuevo estilo de vida, quizás es porque lo ve feliz cuando viaja con su hijo.
Se adapta casi a cualquier clima, siendo los lugares más fríos los que más le limitan en el plano físico, sin embargo se mueve como pez en el agua en destinos cálidos, sean húmedos como el Sudeste Asiático o secos como Egipto o Jordania.
En los últimos años ha estado en lugares que había soñado, pero nunca imaginado que llegaría. Así ha disfrutado de un amanecer junto a los Moáis de la Isla de Pascua, ha visto Auroras Boreales en dos países, ha subido al Marina Bay Sands de Singapur o ha dormido en el desierto de Wadi Rum en Jordania, por citar algunos de los más relevantes. Incluso se atreve con situaciones que le suponen un miedo o rechazo como fueron las pasarelas entre árboles en Taman Negara, Malasia.
No es de emociones fáciles, pero sí que lo hace al ver un puerto, oler el mar, ver un tren de otro país o cuando se bebe una cerveza bien fría tras una larga jornada. Si ya lo complementa con un cigarrito, la felicidad es máxima.
Ha aprendido a ser feliz con muy poco y valorar los pequeños detalles como si fueran grandiosos.
Ha viajado con diferentes grupos de personas, convirtiéndose en un referente con todos ellos, ganándose el apodo de Papá Wonder, por su estrecha relación con el creador de 21 Wonders. Es capaz de adaptarse a las situaciones más complicadas, como pueden ser jornadas interminables de coche, dormir en un ferry tailandés, estar 17 horas un tren indio o intentar descansar en una habitación muy pequeña con literas. No se queja casi por nada y está despierto al amanecer con la emoción de emprender una nueva jornada. Es un joven en un cuerpo de 6X años.
En unas horas comenzará su aventura más ambiciosa: un viaje de más de 1 mes por Corea del Sur, Tailandia y Laos. Estoy seguro que volverá a disfrutarlo como si fuera el primer viaje, que volverá a sorprenderse al ver un mercado de pescado en Corea, recorrer la isla de Jeju, contemplar los monjes en Laos o sentir la sencillez de la gente.
¿Lo mejor? Que estaré con él para contarlo. Es un orgullo poder viajar con mi padre.
Si podéis, viajad con vuestros padres, disfrutad de ellos, porque las grandes historias y recuerdos se escriben con pequeñas aventuras.
Alejo, sinceramente, afortunado es poco, y lo siguiente también…. Tener un compañero así, ver a dos amigos viajar como lo hacéis vosotros, es colosal. Espero podáis seguir escribiendo «pequeñas» aventuras, y sobre todo disfrutarlas como lo hacéis. Un abrazo a los dos!
Gracias por tus bonitas palabras, querido Igortzi. Sé que eres más de estos artículos que de guías o consejos 🙂
Es también una suerte poder conocerte y viajar contigo. Eres un gran amigo.
Un fuerte abrazo!
Grande papá Wonder! =)
Imborrable aquella noche, mientras unos hacían fotos a Aurora… él, yo y el amigo Jim disfrutábamos del baile.
Estoy seguro no será el último recuerdo.
Bonito artículo Alejo!
Querido Pablo,
¡Qué noche la de aquel día! Inolvidable también para él, me dice que debemos quedar todos para celebrarlo. Así que apúntalo!
Abrazo!
Hola Alejo
Me he vuelto a emocionar al leer como hablas d tu padre reflejo total de la calidad de hijo qué eres. Espero q nos hagáis partícipes de este viaje.Un abrazo para ti y también para ese papa wonder.
Pilar
Hola Pilar.
Sin duda que iremos contando poco a poco el viaje. Me apetecía hacerle un pequeño homenaje y más aún antes de comenzar esta gran aventura.
Un beso!
Espero poder apuntarme a algún viaje con Papa Wonder…. Ir a cenar con él ya deja huella, así que puedo imaginarme como tiene que ser viajar!
Disfrutar mucho de este súper viaje. Ya sabéis que me he quedado muerta de envidia!
Besos.
Hola Cristina,
Gracias!! Ya sabes que está en tu mano y ahora no estamos en destinos fríos o polares, así que no tienes excusa 🙂
Un beso grande.
Es extraordinario como hablas de tu padre. Tengo la suerte de conocerlo . Y de haber trabajado con él en los últimos años de su vida profesional . Han pasado ya varios años desde que se jubiló Y aún se le echa de menos . Disfrutad todo lo que podáis juntos !
Hola Manuel.
Encantado de saludarte, mi padre me ha hablado mucho y bien de ti, te tiene en muy alta estima. Ha sido un honor encontrar tu comentario.
Te mando saludos desde Laos, adonde llegamos ayer y a la ribera del Mekong estamos disfrutando de unos días estupendos.
Alejo
Me identifico plenamente con tu padre ya que siempre he intentado compartir mis grandes viajes con mis pequeños hijos, ahora mayores y universitarios. Siempre me dicen que no se iban a enterar de nada cuando tenían 4 años y estábamos en un barco en el canal de Beagle, pero ahora cuando han crecido estoy seguro de que tomaron buena nota.
Un saludo.
Hola Javier,
Sin duda es un placer poder compartir experiencias y, estoy seguro, que ellos no olvidan esos momentos. Poder enseñar desde los viajes es una suerte que no debemos desaprovechar.
Saludos!
A.