21W llega a Kiyomizudera

El día comenzó a las 7:00 en Tokio, donde estábamos alojados en el Oak Hotel. Desayuno, aseo, check-out y dejamos 2 maletas en la recepción, puesto que volveríamos tras 4 días. Ese dato de poder dejar parte del equipaje en Tokio, facilita bastante la vida y te hace el viaje más cómodo.

A las 7:45 salimos del hotel en dirección a la estación de Ueno, 10 minutos caminando y desde ahí tomamos la línea Yamanote para llegar a Tokyo Station, de donde salía el tren destino Kyoto. Conseguir llegar hasta la vía desde donde sale el Shinkansen (alta velocidad japonesa) es una tarea sencilla, sólo hace falta leer los paneles y, en caso de duda, preguntar (señalando con tu dedo) a alguien dónde está tu tren a Kyoto.

A las 8:20 estábamos situados en la vía 18. Nuestro tren, Hikari 505, salía a las 8:33 con destino final Shin-Osaka, con penúltima parada en Kyoto. Ahora sólo había que buscar los vagones no reservados, que también están indicados en los paneles, así que se buscan las señales del vagón y nos ponemos detrás de la línea indicada. Elegimos el 3 (disponibles del 1 al 5), pero no fue adecuada la decisión, porque era el único vagón para fumadores, os recomiendo que miréis el icono con el símbolo de prohibido fumar.

Vagón Shinkansen

Nos cambiamos al 2 y problema solucionado. El viaje tarda unas 3 horas, es plácido y con un bonito paisaje.

A las 11:33 llegamos a la estación de Kyoto, donde tras bajarte del tren te sientes bastante desconcertado, es inmensa.

 

Ahora quedaba buscar nuestro Ryokan, el Matsubaya Inn y poder dirigirnos a Kiyomizu-dera. El camino hasta el Ryokan no fue sencillo y tras 2 paseos en balde, en información un simpático japonés de unos 80 años me explico la manera más sencilla de llegar. ¿La clave? Tomar el camino subterráneo que hay por debajo de la estación hasta buscar la calle deseada. ¿Otra opción? Buscar la Kyoto Tower, porque justo al lado están los autobuses que te llevarán a la maravilla.

Tras 25 minutos, conseguimos llegar al Matsubaya Inn, hicimos check-in y nos maravillamos del sitio que habíamos elegido. Sin duda, unos de los sitios estrellas del viaje, tanto por trato como por la magnífica habitación que disponíamos. Era el preludio de un día mágico…

Ubicados e instalados, a las 12:15 nos fuimos hacia la estación de trenes, donde justo al lado de coge el autobús 100 que te lleva al inicio de la subida a Kiyomizudera. Antes de coger el autobús, es recomendable comprar el All-Day pass, que por 500 yenes (unos 5 €) te permite montarte en todos los autobuses durante 1 día completo, teniendo en cuenta que un viaje simple cuesta 220 yenes, es una opción muy recomendable.

Bus tickets

Nosotros la compramos en nuestro Ryokan, pero se pueden adquirir en la taquilla justo al lado de donde sale el bus. Encontrar el 100 es sólo cuestión de mirar el plano de situación de los autobuses, descubres fácilmente que está situado en la zona D1, miras la ubicación y a la cola… ahí tras 5-10 minutos llegó el autobús 100.

Bus 100 Kyoto

Estaba bastante lleno, pero el trayecto era corto, unos 10 minutos. Bajamos en nuestra parada: Gojozaka y de ahí cruzamos la calle para enfilar la subida hacia Kiyomizudera. Hay un cartel que te indica el templo, pero basta con seguir a la multitud, casi todo la gente se dirige hacia allí…

Parada Bus 100

El camino de subida es sencillo, pero nos acompañaba una fina llovizna, que le daba aún más encanto al lugar. En 15 minutos nos encontrábamos frente a las escaleras de subida, Kiyomizudera estaba detrás de eso. Tras recorrer 10.000 Km., llegábamos a nuestro destino, nuestro sueño: conocer la 7ª maravilla de 21 Wonders.

La lluvia seguía acompañando la visita, pero fue hacer la primera foto y empezó a desaparecer… hasta justo llegar a la taquilla, donde desapareció por completo.  Pagamos la entrada de 300 yenes y ya podíamos acceder a la maravilla por dentro.

 

Justo al lado de la taquilla podemos encontrar este letrero, Kiyomizudera nos recibía:

Letrero Kiyomizudera

Aunque para mayor detalle es necesario conocer la maravilla en 21 Wonders. Kiyomizudera destaca por ser un conjunto de templos, no sólo uno, por lo que la visita al complejo se alarga durante varias horas. Como en todos los templos budistas, nos encontramos con muchos altares donde se pueden realizar diversas ofrendas, así como lugares específicos dedicados (el amor, la salud, etc.).

Compras en Kiyomizudera

Tras pasar la zona del Hon-Do (Edificio principal), llegamos a una de las zonas destacadas de Kiyomizudera. La zona del templo dedicada al amor, donde encontramos las piedras del amor y diversos puestos donde poder comprar cosas relacionadas con el amor y la felicidad. Igualmente,  a lo largo de toda la visita, se pueden comprar diferentes llaveros, recuerdos, ofrendas, bien para consumir dentro del templo o para traer como recuerdo.

 

Seguimos avanzando por el templo y llegamos a Oku-No-In donde podemos realizar la famosa fotografía que encontramos en todos los sitios. 21W no quiso ser menos y realizo la suya propia… y ya que estábamos realizamos nuestra propia ofrenda siguiendo las tradiciones locales.

Making-off Kiyomizudera 21W

Making-off Kiyomizudera 21W

Desde el Oku-No-In, se realiza un descenso por un camino que te sigue dejando muchas instantaneas para el recuerdo, encuentras pintores locales e incluso un restaurante, donde comimos maravillosamente, justo antes de Otowa-No-Taki. Aquí está la famosa cascada que da el nombre al templo. Kiyomizu-dera, es el templo del Agua Pura y podemos observarlo aquí.:

Cascada Kiyomizudera

Tras pasar la cáscada, observamos Kiyomizudera en todo su esplendor, básicamente, lo que la hace maravilla. Contemplar su fabulosa construcción sólo con madera, es algo espectacular; la única pena que anunciaba el fin de la visita. La salida tiene varios sitios más donde poder tomarse algo calentito antes de abandonar el templo, los precios no son nada prohibitivos, por lo que se recomienda acudir a alguno, son muy auténticos, aunque 21W recomienda el de antes de la cascada.

Comida en Kiyomizudera

Ya sólo quedaba abandonar Kiyomizudera, no sin nostalgia, porque habíamos venido desde muy lejos para contemplarla y se estaba acabando… el resto de la tarde la pasamos por Gion y Pontocho, antes de volver a nuestro Ryokan, el maravilloso Matsubaya Ryokan, a descansar.

 

Matsubaya Inn Kyoto

Así transcurrió un 4 de Enero de 2011 en Kyoto, Japón, visitando la 7ª maravilla de 21 Wonders. Se trata de una maravilla diferente, por su lugar, por su gente, por su forma, por su encanto y por su magia, algo tiene Kiyomizudera que la hace especial, ya sólo queda que queráis conocerla y descubrirlo vosotros mismos.

21W en Kiyomizudera